martes, 31 de enero de 2017

¡Más madera! Acerca del libro de Javier Orrico


"¡Traed madera! ¡Traed madera!", gritaba el genial Groucho en "Los hermanos Marx en el Oeste" mientras echaba madera a la caldera de la locomotora. Quería hablarles del libro que Javier Orrico ha publicado recientemente y que lleva el (espléndido) título "La tarima vacía" (Editorial Alegoría. 2016) y me viene a la mente esta escena, no tanto por la realidad tan grouchiana de nuestra enseñanza, que también, sino por la satisfacción de comprobar cómo colegas a los que uno admira mantienen firme su compromiso, pese a las escasas probabilidades que tenemos, reconozcámoslo, de ganar esta batalla. Más madera hace falta, mucho más, para vencer. Y aún así no tengo nada claro que se consiga.

Orrico es ya un veterano en esta guerra y formó parte del grupo de egregios disidentes que impulsaron la plataforma, hoy desaparecida, "Deseducativos". El ensayo, sobre el que no quisiera extenderme demasiado porque es más interesante leerlo que oír hablar de él (y porque no sería sensato desvelar sus atinadísimos planteamientos), comienza con un preámbulo en el que se analiza la deriva del sistema a lo largo de las distintas pseudoreformas, para pasar a reflexionar con lucidez sobre lo que ha supuesto, en el fondo, "quitar la tarima", que no es otra cosa que la devaluación de un oficio: el de enseñar. Al fin y al cabo, el propósito de Javier Orrico es recuperar la misión primigenia de la enseñanza, reivindicar la cultura y el saber como objeto de la educación y defender el papel del profesor, convencido de que ejercer este papel produce incuestionables beneficios desde el punto de vista social. Y lo hace apoyándose en el profundo conocimiento de la profesión que solo otorga la experiencia y demostrando talla intelectual, responsabilidad y conciencia cívica ("el sentido de la democracia que una educación verdadera debiera transmitir es que la libertad es hija de la responsabilidad", afirma en el excelente epílogo). 

"La tarima vacía" finaliza con la intervención del Profesor Orrico en el Senado, cuando se debatía el proyecto de LOE(14 de febrero de 2006).

Decía al principio que no era mi intención descubrir ideas ni argumentos ni tampoco explayarme en exceso. Escribo estas líneas para dar la enhorabuena a Javier por su libro y para recomendar su lectura. Así que mi felicitación a Javier. Y háganme caso: léanlo

domingo, 22 de enero de 2017

Os odio, queridos estudiantes


"El talento es el nuevo fascismo", asegura en su blog, Antididáctica, Gerard Romo, profesor de Matemáticas en Cataluña, que alude a la entrevista que me hicieron la semana pasada en RAC1. Y yo no pienso contradecirle. Agradezco, por cierto, a Gerard, sus amables palabras. Sigamos peleando por una educación que ejerza su función de palanca social, contra la estupidez, contra las modas y contra el saqueo de la enseñanza pública.

Aquí, enlace al magnífico artículo titulado "Os odio, queridos estudiantes".

miércoles, 18 de enero de 2017

meTODOlogía


Algunas rápidas reflexiones sobre el método, después de la entrevista de anteayer en RAC1:

1ª.- La metodología debe tener como objetivo mejorar el aprendizaje y no el “bienestar” de los alumnos. Es natural pensar que la eliminación de los exámenes sería recibida de forma entusiasta por los alumnos, pero no está nada claro que mejorase su rendimiento. De igual forma, quitar los pupitres y buscar en el aula un ambiente "chill out" para que los alumnos estén más cómodos conlleva el riesgo de que lo estén demasiado. La comodidad de nuestros alumnos no ha de ser ni mucha ni poca; ha de ser la necesaria para que la atención -imprescindible en el aprendizaje- no se resienta. Existe una marca especializada es venta de sofás llamada "Chill out", cuyo reclamo publicitario no es "Especialistas en aprendizaje" sino "Especialistas en descanso". Nadie discute que un alumno debe estar sentado en un pupitre mínimamente confortable, pero ¿es necesario un sofá-cama, una butaca-relaz o un puff?

2ª- El método que le funciona a un profesor no tiene por qué funcionarle a otro. Siempre es provechoso intercambiar experiencias entre colegas y contrastar modelos, pero generalizar a partir de la experiencia particular no parece lo más eficaz.

3ª.- Se puede enseñar bien con estrategias didácticas muy diferentes. No ha de imponerse, desde ningún ámbito, UNA manera de enseñar. El profesor debe tener plena libertad a la hora de decidir y aplicar su metodología, sin presiones de ningún tipo. En absoluto ayuda la proliferación de concursos, congresos y cursos de innovación, como si la innovación supusiera por sí misma una mejora.

4ª.- Toda nueva propuesta ha de basarse en la experiencia en el aula (no puede surgir de la teoría sino de la práctica docente) y en la evidencia científica.

5ª.- Lo que hace "buena" o "mala" una metodología es su eficacia, no su novedad, su originalidad o su atractivo (tampoco sus buenas intenciones). Sin evaluar este aspecto con rigor y seriedad, no podemos saber si vale la pena su universalización.

6ª.- Ante la innovación hay que ser escéptico. Ni detractor ni seguidor entusiasta.

lunes, 16 de enero de 2017

Entrevista en Versió RAC1



Esta tarde me han entrevistado en el programa Versió RAC1.

Copio a continuación el texto previo a la entrevista e inmediatamente después algunas frases de la conversación que aparecen extractadas en la página web del programa.

Estos días muchos padres se plantean qué instituto escoger para sus hijos: ¿mejor quedarse con un modelo educativo tradicional o con una escuela innovadora que apueste por otras maneras de enseñar? Coincidiendo con este debate, se recomienda un libro polémico pero muy interesante. Se titula "Contra la nueva educación" y lo ha escrito Alberto Royo, un profesor de secundaria y guitarrista clásico profesional.

"No todos los niños pueden ser brillantes. La vida no es así."

"¿Hasta qué punto necesitamos una asignatura de educación emocional cuando el conocimiento es en sí mismo emocionante?"

"Si a la escuela le pedimos felicidad, tendremos que buscar otro lugar donde enseñar conocimientos."

"Un ambiente chillo out y con sillones de colores queda muy bonito, pero no sé si es la situación adecuada para el aprendizaje."

"La memorización es imprescindible. Si uno estudia historia, tendrá que aprender de memoria algunos hechos. No es traumático."

"Si un profesor funciona bien sin tecnologías, no se le debería obligar a utilizarlas."

El enlace a la grabación, aquí.

sábado, 7 de enero de 2017

Ya tenemos prólogo


Antes de las vacaciones adelanté que estaba trabajando en un segundo ensayo. A falta de una última revisión, el texto no sufrirá ya cambios sustanciales. También está decidido el título, que pronto desvelaré, e incorporado el prólogo, que me llegó justo antes de Reyes, a modo de regalo anticipado. Si el espléndido proemio de Antonio Muñoz Molina para Contra la nueva educación fue un auténtico lujo, no lo es menos este, cuyo autor es lo que todos conocemos como erudito. Creo que el prólogo refleja a la perfección la sencillez del ilustrado, que contrasta a menudo con la aparatosidad del mediocre. Está escrito con buen gusto y elegante prosa, pero sin alharacas ni afectación. No puedo pedir más.

En julio del 2015 recurrí a la Toccata de L´Orfeo de Monteverdi cuando hablaba del prólogo de Muñoz Molina. Hoy engalano esta entrada con la Obertura de La Flauta Mágica de Mozart, dirigida por Mutti.